A pesar de mi
carga laboral, me he enterado de la realización de un festival de cine
independiente y europeo aquí en la placentera capital de Bogotá, y lo único que
logre conseguir es ver esta producción de origen noruego llamada
“Appelsinpiken” que en español se conoce como “La Chica De Las Naranjas”, bajo
la dirección de Eva Dahr, que también cuenta con el apoyo de Alemania y España,
y uno puede ver que el cine independiente también motiva a captar el mensaje de
sus películas, además de ver cómo toma fuerza a diferencia de las películas
comerciales.
La película
muestra una diferencia a los dramas comerciales, además de verse como un cuento
de hadas contemporáneo, como la historia de dos príncipes locamente enamorados
que dan el resultado de la pérdida de un miembro de la familia que deja un hijo
desmesuradamente rebelde, y en esa historia el padre cuenta cómo terminó
seducido por la chica misteriosa que siempre lucía el traje rojo merodeando por
todo Oslo con el mismo paquete familiar de naranjas y luego el seducido termina
haciendo el recorrido hasta Sevilla donde terminan locamente enamorados, en
medio de la ‘farra’ al estilo flamenco, hasta tener sexo en pleno parque
central, y uno diría que sería tacaño por parte del hombre el no pagar motel,
escasamente.
En cuanto a
este drama remarca el aspecto psicológico de un hijo depresivo que no aceptó la
perdida de su padre, aunque su moral se recuperba con la loca historia de amor
que hasta los mismos padres y abuelos nos contaban en su pasado, algo que la
misma Eva Dahr remarcaba en esta película que no fue tan larga que digamos. En
este orden de ideas, el cine europeo es algo que consigue reciclar estos
conceptos que la gente no valora en el cine de verdad, como si uno hablara de
las películas de Woody Allen que consideran aburridas en exceso, aunque Scarlett
Johansson ni Hugh Jackman estén presentes, y sinceramente eventos como SITGES y
Sevilla, entre otros reclutan a verdaderos aficionados a este tipo de películas
desde jóvenes a viejos.
Si recordamos
algo de historia, después de la Segunda Guerra Mundial, el Tio Sam bombardea a
Hiroshima y consigue que Hitler se vuele la cabeza, la contienda deja
escenarios devastadores, y los cineastas que vivian en dichas zonas convierten
esos escenarios en secuencias para mostrar esa cruda realidad que vivieron, si
eso se llamó cine independiente, era por la idea ve cómo demotrar ese humor
humor negro que impuso el régimen fascista, la escasez de estudios y energía
eléctrica. El Neorrealismo Italiano convierte esos puntos en un cine de
contextos sencillos, humanos y especialmente cotidianos. Incluso Francia desde
los cincuenta impuso el movimiento Nouvelle Vague, como la nueva era, que de
ahí se inauguraría el deseado Festival de Cannes, donde películas como “400
Golpes” de François Truffaut e “Hiroshina
Monamour” de Alain Resnais. Se convierte en ese cine fresco que rompe
todo el hielo, diciendo lo de bajo presupuesto se puede vender, y el
neorrealismo hace que el mismo autor de la obra se convierta en el director,
quien a inicios de los 60, Jean-Luc Goddard, escritor y director de “Al Final
De La Escapada” se convierta en la fuente de primeros pinitos para innovar este
tipo de cine.
En Inglaterra,
se funda el nuevo cine británico “Free Cinema”, se muestra la liberación de la
rutina y la sociedad inglesa hipócrita, que ahí muestran una visión real de la
sociedad, cuando el hombre es victima del sistema de la era industrial: el caso
de la soledad, o como la gente joven llama “Forever Alone”. Directores como
Lindsay Anderson, Karel Reisz y Tony Richardson se convierten en el esencial de
este ambiente cinematográfico. Por lo visto, los alemanes también se contagian
con este estilo entre las décadas de los 60 – 70, y directores como Alexander
Klüge, Volker Scholsnkloff, Rainer W. Fassbinder y el admirado Werner Herzog
crean sus propias películas; en Suiza vemos iconos como Alain Tanner que se
convierte en el ponente del movimiento. Y España arrasa con diversas
producciones como “La Caza” (1965) de Carlos Saura, ‘La Tía Tula’ (1964) de
Miguel Picazo, ‘El Cochecito’ (1960) de Miguel Ferreri, entre otros, y los contemporáneos
tenemos a Alex De La Iglesia, Pedro Almodovar, Manuel Gómez Pereira, Julio
Medem y Mariano Barroso, etc.
Es más, hay
mucho archivo relacionado al cine independiente europeo, muchas sorpresas
llegarán mas adelante, y gracias a varios interesados en exhibir este gran
festival aquí en Bogotá, muchas personas lograron disfrutar muchas de las
producciones hasta este fin de semana, un ambiente ideal para pasar entre
amigos, y el punto es que este tipo de cine se ha convertido en el furor de
estos últimos años que siempre han hecho perdurar sus películas en el corazón de
millones de cineastas.
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