Se
tuvo la oportunidad de pasar estos dos fines de semana viendo la versión
original de Night Of The Demons, de Kevin Tenney, y anoche nos dimos el lujo de
asustarnos de a ratos buenos con la segunda parte de ‘The Conjuring’, y esto
nos lleva a compratirles el tema del cine con sabor a espiritus chocarreros que
se adueñan de cuerpos que no son suyos. Hoy domingo, haremos una reflexión
sobre lo que trata estas dos películas.
Hay
un portentoso record de películas sobre casos de exorcismos, que son hasta
creibles, al ver que los directores tratan de hacerlo lo mas real posible,
porque nos sentimos conquistados por la creatividad en los efectos especiales,
aunque estos tienen el poder de intimidar las mentes más sensibles, recordando
la experiencia de algunos que pudieron verse El Exorcista (The Exorcist), donde
una niña es invadida por un demonio que le ha causado estragos a nivel
emocional y físico. Y en este caso, la mayoría de películas, mayormente las
victimas de las posesiones son las mujeres.
Cuando
se tuvo la oportunidad de ver La Noche De Los Demonios, la versión del cierre
de los ochenta, Kevin Tenney sintió la curiosidad de asentarse a una historia
que encierre a diferentes personalidades adolescentes en una situación de vida
o muerte, viendo que aquí o se mueren, o se mueren, y dejando de lado las
historias de color de rosa, para crear ciertos momentos de tensión y
desesperación, como estar metidos en una especie de laberinto con trampas, aun
así no se planea matar a todos los personajes, el cliché que los dos únicos
sobrevivientes sean los que cuenten sus experiencias. Las personalidades, como
los desadaptados que mantienen haciendo pilatunas en la calle, la chica
prepotente de poca popularidad, sin mencionar la cara de la chica promiscua que
alarde que tuvo sexo con el director para cambiarle la nota, y el prodigio de
los deportes, el mero ‘Fitness Freak’. Los dos héroes, el negro que no se dejó
morir en toda la historia, y nos demostró que los gallinas pueden salvar el
dia, y su compañera la que se convirtió en la verdadera salvadora del dia, y
nos hizo recordar las proezas de una ruda y adolescente Heather Langenkamp, la
misma Nancy Thompson que desafio a su nemesis Freddy Krueger.
El
punto es que los personajes se sumen al poder de la maldición que ronda en una
funeraria abandonada, siendo este otro portal del infierno para desatar a un
demonio que anda ansioso por devorarse las almas de lo que le invadieron su
terreno, y debido a un imprudente ritual, el ente toma la ofensiva y empieza a
poseer a los muchachos, donde sus transformaciones se deben a sus
personalidades. Habiamos mencionado que el sobrevivir a una caceria se
representa como ese trillado juego del gato y el ratón, corriendo en una
situación que paracticamente está sin salida, y nos podemos ver una enfermiza
caja de skinner, representando un tipo de Survival Horror. Los héroes consiguen
enfrentarse a sus amigos poseídos, y acto seguido logran cruzar el portal
invisible para encerrar a los demonios en el infierno. No hubo caso de
exorcismo, pero Tenney se apañó mucho en el contexto de las posesiones
demoniacas, dentro de escenas muy ‘hot’, toques de lesbianismo, morbo, y
erotismo sarcástico, como el incidente del baile exótico de Angela Franklin, y
la escena de una poseída promiscua donde se mete el lápiz labial por el pezon,
mas allá de lo que los esposos Warren han llegado a investigar, aquí ya nos
inmiscuimos en otro tema similar, el Poltergeist de Enfield.
Ya
hablando del caso del Poltergeist de Enfield, que anteriormente James Wan hizo
referencia a los incidentes de Amiytville, y estas dos historias Wan quiere
enlazarlas con un demonio más que saca de su baraja negra, y luego nos
familiariza con el caso mas famoso de lo paranormal en todo el mundo.
Refiriandonos a lo que se vio en The Conjuring 2, es una poderosa dosis de
horror que nos repercute a sacudir el maíz de la silla, y generando muchas
sugestiones para no dormir en la noche, que en momentos de adrenalina, la mente
se nos pone a recrear ciertos incidentes con películas de terror que nos marcó
nuestra infancia, y traumatizándonos con ciertas imágenes que se nos grabó en
la mente. Pasando por la experiencia de ver películas como La Cosa (IT), El
Resplandor (The Shining), Poltergeist, Phenomena, Pesadilla En Elm Street, El
Exorcista, entre otras, que uno ve que se rie, viendo los clichés que ya conocemos.
Los
conceptos visuales de The Conjuring 2, tiende a ser una mejora mas en el cine
de terror, pues James Wan, que ha regresado a dicha industria, nos promete una
serie de escenas que recrea el ambiente de los setenta, retornando al caso del
fenómeno paranormal de Enfield, Inglaterra. Donde vemos a una mujer, cabeza de
familia, sumida al dolor de ver a su hija bajo la influencia de una serie de
actividades paranormales, y quedando propensa a la posesión de un espíritu
atormentado y un demonio ansioso de destrucción total, aterrando a los esposos
Warren, quienes uniendo fuerzas logran erradicar a todos los males que azotan
el mundo material. Su paso por el estado de Texas que rescataron a una familia,
invadida por el mal emanado de una muñeca llamada Annabelle (porquería de
película para rematar, XD). De hecho, los esposos Warren fueron en la vida real
investigadores sobre hechos de actividad paranormal, y en las películas, ningún
caso les parecio difícil de resolver, en comparación con otro héroe de novelas
graficas como John Constantine, un fumigador de demonios. En el caso de The
Conjuring 2, hicimos un post reacionado al caso de Enfield, no hay necesidad de
repetir la misma información, en la próxima semana haremos un reflexión alusiva
a la nueva película de James Wan, luego de hacer su respectiva reseña.
Hasta
el próximo Miercoles.
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