Hemos pasado el 50% de la serie, y como ya se ve,
las temporadas se hacen cortas, de ocho a diez, o máximo doce episodios,
anteriormente de a 26, lo que ya se volvía re-cansona. En este nuevo capítulo,
Mando se regresa a su mundillo Western intergaláctico, en compañía de su
inseparable amigo, Baby Yoda, que siempre le trae problema, pero a medida se ve
mucho su figura paternal, desde su primera aparición.
La disidencia de Imperio se hace cada vez más
fuerte, en cuanto a la persecución que transforma la historia en una especie de
‘road film’, y como se ve, se empieza a reciclar referencias de la saga clásica,
especialmente en Tatooine, el planeta natal de Anakin y Luke Skywalker, lo que
ya se presenta como un síntoma de falta de creatividad, o a menos que se
adentre a un contexto nuevo, como un reboot, como ya para decirle adiós a la
saga de Skywalker. Veremos algunos detalles importantes que pillamos a lo largo
de este capítulo.
Siempre Hay Estragos En
El Camino
La idea de retomar referencias de una saga clásica,
es lo que se hace de costumbre en el UCM, coger un personaje o un argumento
para exprimirlo hasta la última gota, es lo que ya se vuelve monótono y a la
vez predecible y aburridor, el efecto ‘fan-service’. Se piensa hacer una
minuciosa exploración a la saga clásica del Universo de Star Wars, invitando a
las nuevas generaciones a conocer cómo se inició y mencionando personajes
conocidos, aquí se empieza con una dichosa persecución entre naves, dejando una
avería para llegar a aterrizar forzosamente a Tatooine, el planeta de los
Skywalker y más popular de la franquicia.
'Al que le gane...'
Pues como es típico cuando se daña, ni modo de
buscar alguien que sea de buen remendón y que cobre con las tres B (bueno,
bonito y barato), y mientras la nave está siendo arreglada, por falta de
platica, nuestro héroe se verá forzado a buscar camello para reunir el ‘billetico’
imperial para pagar los gastos. Pasando por el Bar Mos Eiley, el bar
frecuentado por Han Solo y su leal amigo Chewbacca, o incluso Luke y Kenobi,
cuando estaban evadiendo a las autoridades imperiales para evitar ser
capturados. Mos Espa, el hogar de Anakin y su madre. Por tal punto, nos
sentimos nostálgicos a la hora de darnos un paseo por ese planeta, además de
cruzar el mar de las dunas, donde Luke y compañía le hicieron el ultimo frente
a su captor Jabba el Hutt. Aquí el ambiente del planeta se ve desolado y lúgubre
por ser frecuentado por piratas, saqueadores e inclusive cazarrecompensas.
Cositas Que Se Recogen
En El Camino
Estando en Moss Eisley, Mando es calurosamente
recibido por tres droides idénticos, construidos por una mecánica, que siéndole
muy amable con el protagonista, y éste forzudamente tendrá que buscar un
trabajo para obtener el resto del ‘billetico’ para pagar las reparaciones de la
nave, previniendo la presencia de los tres ciber-chiflados, pues el inicio del capítulo
fue el espacio propicio para conocer a esta misteriosa mujer, que con el paso
del tiempo se despierta un sentido de buen humor y personalidad muy amable, al
estilo de una encantadora abuelita.
Al estilo Western, Mando llega a la cantina
recordada, donde se topa con un cazarrecompensas novato, mejor dicho,
aspirante, Toro Calican (Jake Cannavale), donde se aprovecha de la necesidad de
nuestro héroe, le pone un contrato, capturar a ‘Fennec Shand’ (Ming Na Wen, la
Chun Li que vimos en la serie del UCM Marvel’s Agents Of S.H.I.E.L.D.), una
reputada asesina que ofrece sus servicios a cualquier organización criminal, y
tuvo conexiones con los Hutt (referencias de Jabba), y como dice el dicho, ‘por
la plata baila el perro’, a regañadientes acepta el contrato por pensar en la reparación
de su nave.
Se Acabó El Paseo
Con detalles, Mando y Calican emprenden el viaje por
el mar de las dunas, la tumba de Boba Fett (devorado por el Sarlacc), se encuentran
con dos sujetos vestidos de blanco y enmascarados, los Tusken, un clan de
saqueadores radicados en Tatooine, los moradores de arenas, según el banco de datos del Mandaloriano, los
Tusken se consideran lugareños en el desierto, y consideran a los forasteros
como una amenaza, algo muy parecido a los Ganados (Resident Evil 4), y para
evitar una pelea absurda, Mando lo evita con una negociación mediante un
lenguaje de señas, y dando algo a cambio para poder pasar.
En la zona, Mando y su compañero de viaje, son
recibidos por una serie de tiros distantes, hasta acercándose a donde estaba la
tiradora, y para tomar ventaja en su captura, lo mejor es atacar en la
oscuridad, se nos hizo muy parecido a los juegos FPS (First Person Shooting),
donde ya la tiradora ya venía preparada con su mira infrarroja, aunque nuestros
viajantes salen con un as bajo la manga, y desafortunadamente perdiendo una de
las motos voladoras, la de Mando. De hecho la capturan, la retienen hasta que
Mando regrese por el transporte del cazarrecompensas caído. Un cliché visto en
las películas de acción, el de persuadir al captor por su libertad, Fennec le
menciona a Calican que Mando tuvo una rencilla con los del gremio de Nevarro, y
ahora es un fugitivo llevándose consigo al ‘niño’ (Baby Yoda, en este caso),
siendo este el más buscado de la galaxia. Fennec se aprovecha de lo que Calican
aspira y lo manipula para que traicione a Mando y tenga su reconocimiento en el
gremio, y ser una leyenda con su ayuda, pero Calican no es tan inocente como
nos imaginábamos, y éste le da su tiro de gracia para sacársela del camino.
'Mando, no confies en extraños. Mucho menos cuando tienden a ser muy amables'
Sin embargo, otro dicho como ‘la ambición rompe el
saco’, Calican se deja llevar por el deseo de ser parte del gremio de
cazarrecompensas, llega al taller primero que Mando, tomando a la mecánica y a
Baby Yoda como rehenes. Nuestro héroe siempre tiene por anticipado un plan B, y
Calican termina recibiendo una cucharada amarga de su propia medicina, quedándose
sin el pan y sin el queso. El capítulo termina con la nave ya reparada, y su
pago fue puntual, no solo por el arreglo, sino también el servicio de
guardería.
'Descuida, Chun Li. Soy Bison...'
¿Quién será el que llegó a donde está el cuerpo de
Fennec?
Fan Service, El
Ingrediente Favorito De Disney
Hacer homenajes y citando referencias de vez en
cuando, no hay problema. En este quinto capítulo si fue preciso para adentrarse
a la saga clásica, sin mencionar al AT-ST imperial visto en el capítulo
anterior, y aquí el regreso a un olvidado Tatooine nos despertó mucha
nostalgia, y es novedoso que incluyan personajes que llegan, además de
referenciar a Mos Eisley y los Hutt, como para inmortalizar a algunos de esos
iconos carismáticos, en el que esto último, la aparición de Fennec no se de
muchos detalles de la llegada de este personaje.
Como se ha estado diciendo, Disney se ha vuelto una
empresa que tritura los trabajos originales hasta el último hilo hasta generar
aburrimiento, la idea como tal es vender, y pese a que los dos primeros
episodios fueron interesantes, muy originales, como lo muestra en la presentación
del logo de Disney+, pero de ahí se presenta un estancamiento en la narrativa,
la gente le pierde interés por entender de qué va la historia, de ahí eso se
vuelve mensaje subliminal para los niños, así como el efecto de Avengers ‘Endgame’,
que definitivamente esta película ha satanizado al UCM.
Se mencionaría una cruzada por los disidentes del
imperio, y la restauración de la Primera Orden, liderada por Kylo Ren, sea algo
como producto del Fan Service, el síntoma de estar reciclando con mucha
frecuencia que se ve en Disney últimamente, que efecto son simplemente rellenos
inusuales, lo decepcionante de estas producciones, y es algo muy tentador para
ver. Esperemos qué pasa en los tres capítulos que faltan.
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