domingo, 28 de agosto de 2016

Carlos Mayolo, El Francis Ford Coppola Criollo




Esta semana cerramos el ciclo de lo ‘Caliwood’ en la biblioteca Gabriel Garcia Marquez, luego de ver el documental del ultimo sobreviviente de la terna caliwoodense, Luis Ospina, que dedico gran parte de su proyecto al incuestionable director que tambien era su mano derecha, Carlos Mayolo, que tambien inculcaba despreocupación y demencia en sus trabajos cinematográficos, al igual que la televisión. Mayolo era de una familia muy extraña, en el sentido que su madre le enseñó lo que es bueno y que es malo, enseñándole qué es ser libre, salvo que su padre solo se dedicaba a hablar inglés y hacer estudiado en E.E.U.U. y viendo su natal Cali, una ciudad bastante americanizada. Sin embargo, Mayolo, en la década de los sesenta se unio a un grupo de movimiento cinematográfico con Andrés Caicedo y Luis Ospina para formar el grupo ‘Caliwood’, lo que ha generado una revolución cinematográfica en la historia del cine colombiano de ahí en adelante.

“Con el tiempo y con la izquierda uno se da cuenta de que esa misma ciudad placentera tenía otras clases sociales y que esas otras clases sociales reaccionaban a la ciudad placentera distinto, como es la salsa, el baño en el río y otra cantidad de costumbres que hay en el Valle del Cauca. Todo eso me fue dando una ciudad que fui asimilando poco a poco. Entonces todas las películas tratan de cómo llegar al amor a Cali. Tanto Oiga, vea (1972), como Cali, cálido, calidoscopio (1985) y Cali: de película (1973) son películas sobre la ciudad (…). A nosotros nos tocó la violencia, a mí me tocó las salidas de las jaulas de pájaros de la violencia por la ciudad. No se podía sino rezar el rosario a las seis de la tarde, las ventanas las tocaban, a la gente la mataban. Siempre viví como en esa ciudad llena de avatares y de cosas y es una ciudad que la quiero mucho y que creo que he tratado de interpretarla en mis películas y que ahí está”.

En una Cali expuesta a los periodos interminables de la violencia, se formó esa unión entre Carlos Mayolo y Luis Ospina, y debido a un atentado en el barrio Versalles esa relación se hizo mas fuerte en el 56, y la casa donde se conocieron, fue afectada por la explosión, cuando se les ocurrio la idea de filmar una película con la temática de la violencia en la ciudad, en este caso se grabó ‘Carne De Tu Carne’ (1983), recreando los datos de lo que sucedió. Precisamente, Mayolo retomo esos eventos desde su infancia, a los siete años, y jugando con Luis Ospina, el ceroo de Las Tres Cruces era el escenario que ellos consideraron para generar un incendio, evitando la mentalidad de ser bomberos, porque estaban en el lado opuesto de los neorrealistas, lo que Ospina comento en una entrevista.

 'Mayolo en la direccion de Carne De Tu Carne'

En 1971, Ospina y Mayolo rodaron su primer documental ‘Oiga, Vea’, que genera una reacción ante los temas sociopolíticos de la época, empezando desde la llegada del papa al país, haciendo el rebusque para contar con un equipo necesario, hasta que se les dio la oportunidad cuando vieron una situación peculiar en los VI Juegos Panamericanos de Cali, improvisando mucho las cosas, porque no elaboraron ni una trama ni un guion, sólo que la idea para filmar se debio que observaron el no dejar entrar a la gente a los juegos. Siete años despues, filmaron ‘Agarrando Pueblo’, que igualmente refleja la creación de un nuevo genero en Colombia, el ‘Mockumentary’ o Falso Documental, que se trata sobre la realidad de Cali dentro de un contexto ficticio. ‘Agarrando Pueblo’, Ospina y Mayolo son los personajes que realizan todo al mismo tiempo, que incluso el mismo Mayolo y Ospina crean un concepto realista como la porno-miseria, debido que directores de otros países se interesaban en filmar la realidad de un país afectado por la pobreza para luego vender el proyecto y montar un negocio, una realidad que casi nunca se analiza, y se filma de manera superficial y sin comprender por qué esas cosas pasan. 

Se escribió un manifiesto relacionado al subgénero, afirmando que si la miseria fuera un ingrediente indispensable para el cine independiente, con el fin de denunciar y analizar, pero el mercantilismo cinematográfico lo vio una via de escape para beneficios económicos, que no se permitiría el acceso a lo que analice el caso de la pobreza en una ciudad o en una región, que crea un mapa demagógico que en realidad refleja la porno-miseria, el genero que se traduce como cine miserabilista. Estos proyectos como Carne De Tu Carne (1983) y La Mansión De Araucaima (1986) son la definición que Mayolo bautizó como el ‘gotico tropical’, algo que Isaac Leon Frias le hizo analogía al realismo mágico que Gabriel Garcia Marquez dio a luz en su novela costumbrista de Cien Años De Soledad, que le abrió las puertas al Nobel De Literatura. Y Mayolo quería romper barreras, hablando tambien de la muerte, por ver que su carrera cinematográfica se dio a la carta con explosiones creativas, dar espacio a más temáticas realistas.

El Gotico Tropical proviene de la mente de Mayolo, inspirado en Alvaro Mutis, autor de La Mansión De Araucaima, siendo esta la adaptacio que Mayolo aplique en su colección de películas, diciendo que haya la oportunidad de hacer una historia de un contexto gotico en tierra caliente, que según Mutis es una nueva temática, lo gotico en lo gotico, como lo visto en Cumbres Borrascosas, pero lo que Luis Buñuel afirma es que lo que se conoce como gótico tropical es una mera contradicción, el mal se ve en todas partes. En Carne De Tu Carne y La Mansión De Araucaima, Mayolo resaltó mucho la transgresión que experimentó de manera literaria con Andrés Caicedo, en conexión con la línea gotica de Edgar Allan Poe, H. P. Lovecraft, Henry James, entre otros. Según los analistas de cine, estas dos películas son la alegoría de la violencia en el Valle Del Cauca, el auge de una supremacía, una casta que se dejó caer por las garras del incesto, que igualmente Garcia Marquez manifiesta en Cien Años De Soledad. Y habalndo de los contextos indígenas, participó junto a Klaus Kinski en la película de Cobra Verde, dirigida por Herzog, y participó con Humberto Arango y Florina Lemaitre como actor antagonico en Pura Sangre, dirigida por su amigo Luis Ospina, recalcando el concepto del vampiro urbano.


Mayolo se adentra a la televisión en 1989 con su telenovela ‘Azúcar’, alcanzando la fama de manera descomunal, y se enfocó en el neocolonialismo, ligado a la cultura de las haciendas azucareras y el poder de las familias aristócratas del Valle del Cauca. Luego de pasar por el Caliwood y el fenómeno Azucar, Mayolo observó que la nueva industria cinematográfica se ve ya desgastada y escasa de ideas, que en los ultimos años de su vida se dedicó a escribir y dirigir teatro, y luego asuma la batuta en una comedia como ‘Laura Por Favor’ en los noventa, una de las primeras creaciones de Fernando Gaitán, el mismo cerebro de ‘Betty La Fea’, incluso dirigio otras series como Hombres y Brujeres, observando que esta industria cambia de rumbos, por lo que ya se dedicaba a la escritura de artículos, poesía, guiones, ensayos. Uno de sus últimos trabajos fue escribir la obra de teatro Pharmakon, protagonizada por Alejandra Borrero.

En Pharmakon, Mayolo proyecta el periodo de su decaimiento, afirmando que se dejo arrastrar por el poder del alcohol, vodka, cigarrillos de marihuana, pasta de coca, y durante esos letargos se motivaba a escribir, algo que Nicole Kidman hacia en su actuación como la escritora suicida Virginia Woolf en la película de Las Horas (Stephen Daldry, 2003). Mayolo se volvió adicto con consciencia propia, y enorgullecido al respecto, algo que los actores y demás colegas les preocupaba, sugiriéndole recapacitar pero para él se le entraba por uno y le salía por otro. Mayolo falleció en el 2007 en su casa de Bogotá, debido a un paro cardiaco, según su esposa, Beatriz Caballero.


'Mayolo y Ospina con Herzog antes del rodaje de Cobra Verde'


Mayolo citó unas palabras como ‘Mi obituario es una carcajada que invita al jolgorio de vida¸ lo infinito está aquí¸ hay que vivirlo eternamente. Yo me quedo en la cuna donde nací¸ que quiero que sea mi ataúd’.

Hasta el próximo Miercoles

Fuente: El Espectador

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