Esta
semana nos fuimos de tour por el festival de cine colombiano en la Biblioteca
Gabriel Garcia Marquez en el parque del Tunal, y otra película que nos dejó
consternados con un tema que tristemente desdibuja la inocencia interrumpida de
la niñez que vive en estos días, y resaltando en el peor de los casos la
enceguecida desorientación sexual experimentada, la mentalidad en el complejo
de Edipo, además de ver otro flagelo como la explotación laboral hacia los
infantes, inclusive el explorar el bajo mundo del microtrafico. Carlos Zapata,
el cerebro a cargo de la dirección se sintió muy curioso por ver como ese ser
preadolescente, se adentra a una historia corta que tiene un sinfín de etapas
que lo conducen a la perdición de su inocencia, empezando por un deseo sexual a
nivel precoz, descubriendo la razón por la que su madre llega tarde a la casa,
llegando a un ambiente hostil que expone las mañanas que se pasa en el colegio.
A
diferencia de la vida del crack en las calles de Nueva York, el consumo de
drogas y colesterol y la adicción al sexo descarnado son el factor que
realmente envicia a la nueva sociedad, y sus raíces son las calles vulnerables
de las ciudades mas poderosas del mundo. Y aquí en Bogotá, la historia de ‘Las
Tetas De Mi Madre’ se realizó en la zona mas deprimida y/o vulnerable como la
entonces Calle Del Terror como el Bronx, y Las Cruces, que revelan el lado
oscuro de la vida nocturna dentro del bajo mundo de la delincuencia que no
respeta las edades, como dice la canción del rapero 50 Cent ‘Hazte Rico O Muere
En El Intento’, que en el farfullo y el desorden la gente se pierde con
facilidad.
‘Las
tetas de mi madre’ se grabó principalmente en Las Cruces y el Bronx en Bogotá,
dos de las zonas más deprimidas de la capital colombiana. La ciudad es otra de
esas capas de la historia, especialmente la vida nocturna y el asunto del
microtráfico, que van revelando sin misterios o tapujos cómo el bullicio oculta
todo y en entre tanta población la misma gente se pierde, incluso su base más
joven. Reiterando que la misma niñez y adolescencia se adentra a un mundo que
le repercute el desacato a la autoridad en el hogar y cuestionando lo que los
padres les ha enseñado en su corta vida, pensado en lo que se ve en los
colegios, tanto públicos como privados que desafortunadamente no valoran la
cultura ética ni moral, viéndolos como un modelo anticuado e inútil. Por lo
visto, el sentido de vida en los preadolescentes, como en la historia del
pequeño Martin abarca varios adeptos que se conectan con el descrito bajo
mundo, a nivel psicológico y social, arrastrado por ese infierno marginal bajo
el poder de la noche, reflejando los momentos de abandono que niega ese chance
de una unión filial, y vemos escena donde Martín despierta ese lado viril
cuando duerme junto con su madre, al igual que cuestionar las relaciones con
los hombres que la rodean.
La Inocencia Perdida
De Martín + La Adultez De ‘Cacharro’ = La Mafia Infantil
La
historia de Martín, un niño que se gana la vida trabajando como repartidor en
una pizzería en el centro de Bogotá, recorriendo con sus entregas en una
bicicleta Monareta en el cruce de la carrera decima con calle 19, luego se
disuelve entre las calles del Bronx o Las Cruces. Este niño probaría una inocencia
a leguas viéndose como el estudiante responsable que llega puntualmente al
colegio a atender sus clases, que luego se dirija a la pizzería como mensajero,
teniendo la mentalidad de ahorrar dinero con el fin de conocer Disneylandia,
una fantasia que ha tenido desde pequeño y ha querido llevar a su madre a esa
tierra de la imaginación, pero siempre termina frustrado ante el realismo de
los adultos, revelando que para ir allá se necesita tener una visa.
De
hecho, a la salida del colegio, conoce a un muchachito de su edad que se apoda
‘Cacharro’ que tenía la intención de quitarle la bicicleta a Martín, pero por
verle esa gallardía, se gana la amistad del muchacho, y desde ahí, Martín lo ve
como ese hermano que nunca tuvo, y mas adelante se emprende al viaje hacia el
lado oscuro de las calles de Bogotá, conociendo como se mueven las fichas en el
tablero de ajedrez del microtrafico, que ahí el mismo ‘Cacharro’ se convierte,
no solo en el héroe personal de Martín, sino tambien en su mentor, siguiendo
sus pasos de pequeño gangster que se gana la vida como un infame traficante de
los barrios bajos del centro de Bogotá, dejando de lado sus estudios, por culpa
del conflicto que tiene con su madre, al descubrir la verdad de por qué llega
tarde en las noches, viendo que este llega primer a la casa y tiene que hacer
las responsabilidades de la casa, como hacer la comida y la limpieza.
Pay Per View
(Paga Por Ver)
Vemos
la rutina de Martín, estudiando en las mañanas, hasta pasar el resto del día en
la pizzería donde trabaja como repartidor, recorriendo usualmente la carrera
decima y la calle 19 del centro, haciendo esto a espaldas de su madre, creyendo
que volvia a la casa despues de clases. Por mera coincidencia, cuando realiza
su ultima entrega, en un prostíbulo, mas conocido como uno de esos ‘putiaderos’,
donde accidentalmente entra a un cubículo donde se ve a las chicas haciendo
striptease frente al vidrio que parece un espejo de interrogatorio, y en ese
cuarto se depositan unas monedas para entrar a ese placer que dura unos cinco
minutos. Para Martín su vida tiene un vuelco cuando en esa tercera noche vuelve
a al cubículo del placer donde ve a una cara familiar en un cuerpo desnudo
bailando exóticamente, y ahí Martin derrama lagrimas, no solo de tristeza, sino
tambien de rabia, viendo que su madre es una prostituta nocturna, a pesar de
trabajar en el dia, una consecuencia de salir de la pobreza solo por un dia, y volviéndose
un circulo vicioso
Estas
escenas demuestran que Martin se ha hundido en un mundo en el que se ve forzado
a madurar forzadamente, entrando a la vida sexual por su cuenta, donde ve a hombres
mayores ‘embobados’ viendo un par de tetas gelatinosas y a veces caídas, y se
complacen masturbándose y dejando manchas de semen en sus pantalones. Desde ese
momento tan turbio, la poca comunicación que tiene con su madre en las mañanas
al desayuno se va desvaneciendo poco a poco, debido a la rabia que el hijo le
siente hacia lo que su madre hace despues de trabajar en la panadería. Sin
decirle nada, él la ve en ese sitio todos los días, como resultado de la frustración
de no poder llevarla a Disneylandia, o llevarla al trabajo con el carro que piensa
comprarse cuando sea grande. La realidad de Martin se hace mas realista cuando
este siente celos de su madre hacia los demás hombres que quieren estar con
ella.
El Complejo De
Edipo
La
sexualidad de Martín madura de manera precoz, al tener de frente a su madre
desnuda frente a un muro invisible que para ella es un espejo que ignora a sus
clientes. De hecho, Carlos Zapata tenía en mente la aplicación del psicoanálisis
de Freud en el argumento de su película, que de paso expone la madurez precoz
de un niño de escasos doce años, que con lagrimas en los ojos se vea convertido
en un hombre locamente enamorado del sexo opuesto, que precisamente se
manifieste esa relación incestuosa en secreto, por estar celoso ante el
padrastro abusivo e inescrupuloso, y un vecino depravado que solo quiere tener
sexo con ella.
Ese
sentimiento de celos conlleva a Martín a que su madre se sienta cohibida para
compartir momentos con cualquier hombre, incluso con su abusivo padrastro.
Tristemente, Carlos Zapata adentra el complejo de Edipo a su protagonista, que
creció sin ninguna figura paterna, ni mucho menos contando con esa orientación hacia
la diferencia entre lo bueno y lo malo que habita en su entorno social. La
mente de Martin es prácticamente la de un hombre maduro pero encerrada en el
cuerpo de un preadolescente que en en tres años podría llegar a alcanzar la
pubertad, e ignorando lo que hace su madre en las noches, llega primero a hacer
sus deberes, y viéndose asi como el hombre de la casa, que aun así no permite nadie
se le acerque a ella, y adoptando una actitud mas agresiva y rebelde, porque lo
visto en ese desequilibrado nucleo familiar, hace que él tome sus propias
decisiones, de ahí cuando se entra al reino del vicio, conociendo a ‘Cacharro’,
un ‘ñero’ que es tambien inescrupuloso en estos negocios de bajo mundo,
diciendo que la venta del bazuco es la mejor manera de aprender matemáticas que
escuchar el mismo discurso monótono de los profesores.
En
una noche, Martin tambien demuestra sus celos cuando separa las dos camas
individuales y cohibiendo a su madre de preguntarle por qué, y terminarían durmiendo
juntos, y luego Martin comience a expresar ese inocente acto de incesto en un pequeño
contacto físico y oral hacia el cuerpo de la mujer, hacia su madre. Algo
similar al relato de Sofocles, Edipo Rey, un hombre que asesina a su padre y
sin conocer sus rasgos familiares, accidentalmente manifiesta ese amor
descarnado hacia su madre, la reina, que mas adelante en la película el ambiente
se torne mas conflictivo y que luego Martín abandone esa vida normal hacia una
con problemas y hundido en el mundo del delito.
Finalmente,
esta película nos da un mensaje que nos invita a abrir los ojos ante la
realidad que ilustra el lado oscuro de Bogotá, una sociedad sumida a una
pobreza que conduce a la desesperación de suplir las necesidades mediante
actividades ilegales, accediendo a la vida fácil y sin pensar en las
consecuencias que llevan a una tragedia, no la muerte en si, sino que la
desviculación familiar es absoluta, en el sentido que ese el ideal de ver cómo
las personas se pierden dentro de ese viaje que no tiene regreso, siendo su única
salida a los problemas.
Hasta
el próximo miércoles.
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