miércoles, 16 de noviembre de 2016

La Nostalgia De Hiroshima Y Nagasaki Según Akira Kurosawa Y Gabriel García Márquez



Esta semana el blog se dio un tour por el terruño de los tallarines y el sushi, empezando por hablar de Jin Kazama, y hoy que tuvimos la oportunidad de recordad a un director inigualable como Akira Kurosawa, un revelador de sueños psicodélicos y folclóricos de la vida nipona, y en una historia delante de las cámaras como ‘Rhapsody In August’, que narra la resurrección de dos pueblos como Hiroshima y Nagasaki que el nueve de Agosto de 1945 fueron arrasados por el abrumador poder de una bomba atómica que supuestamente sería la solución de los gringos para poner fin a una guerra entre el fascismo y el imperialismo.



Kurosawa planea contar una historia que no refleje el repudio entre las culturas oriental y occidental, y así él anhela un sentimiento de perdón entre Japón y Estados Unidos, acordando un sentimiento de paz para olvidar los horrores de la tragedia de 1945. Además de hablar de lo visto en la pelicula de Kurosawa, Gabriel Garcia Marquez hizo un reporte sobre los últimos momentos de la Hiroshima y Nagasaki a fines de la Segunda Guerra Mundial, comentado sobre un sacerdote jesuita, Pedro Arrupe, que sobrevivió a la explosión a una distancia considerable y sintiendo los estragos de la radiación causada por la bomba lanzada. Y aquí hay unas ideas que se comparten sobre lo que Garcia Márquez y Kurosawa explican sobre este tema, como si fuese una crónica, tanto real como novelesca.



Akira Kurosawa, entre muchos otros directores de su país, el desea remarcar el contexto de la cultura nipona en la mayoría de sus películas, empezando por lo visto en sus ‘Sueños’, observando como su gente se adentra en sus tradiciones de manera abierta y enfocándose a sus raíces familiares y demostrando esas pocas nociones de conflicto para solucionar los problemas, Kurosawa no demuestra la violencia en sus historias, sino que en especial se busca la mejor manera pacifica posible. No quiere la violencia en una rapsodia sufrida cada agosto, sino mas que todo entrar en la conciencia de la gente sobre los estragos que la guerra deja en los pueblos, el estigma que deja el poder radioactivo de una bomba nuclear, además de trastornos físicos, malformaciones congénitas a la gente, y como otra seña particular a los propensos a la radiación, es la caída del pelo.


Gabo Habla De Hiroshima, Kurosawa Se Enfoca En Nagasaki


Una escuela ubicada en Hiroshima, donde trabajaba el padre Pedro Arrupe, enseñando catequesis a más de 50.000 niños, escolarizados desde la edad de 8 años, de carácter obligatorio, y cada sede de la escuela de la ciudad recibia alrededor de 2000 estudiantes, mientras los padres estaban en su lugar de trabajo, la mayoría a la actividad comercial y pesca fluvial. Hasta que pararon los bombardeos en Tokio, los estadounidenses descubrieron dos prefecturas intactas y pacificas, en el caso de Hiroshima y Nagasaki. Garcia Marquez comenta que según la crónica de Arrupe el sintió el estruendo y un enceguecedor flash, acompañado de una poderosa onda explosiva que parecía un huracán y como si fuera otra catástrofe natural, esa onda barrió con todo a su paso, acabando con toda señal de vida, animales, vegetación, vidas humanas, además de acabar con toda la infraestuctura de las ciudades, la gente que vivía a los alrededores que no fueron alcanzados por la bomba, Kurosawa lo manifestó como un hongo de mas de 5000 metros de altura, vieron un ojo gigantesco que expresaba esa ira devoradora, y el cura Arrupe logro sobrevivir a la explosión, narrando lo que vivio en esos trágicos minutos que se le hicieron eternos.



En la prefectura de Nagasaki, en las tomas de Kurosawa, después de 45 años de la tragedia, una familia decide no recrear esa pesadilla, lo que se ve en las nubes, que se camuflan bajo el humo radioactivo en una fuerte tormenta, reflejando esa calvicie como la secuela lenta de esta guerra loca, al igual que los ojos ilustrados en la mente de una anciana que perdió a un pariente cercano en una escuela que fue alcanzada por el poder explosivo y fundiendo unas barras de metal del parque del sitio, que han sido el objeto simbolico del desastre, y sus sobrevivientes le rinden un homenaje de aniversario cada nueve de agosto. La cultura nipona es absolutamente comprendida y abierta, la americanización es tan evidente que se ve un grupo de niños con camisetas alusivas a la educación norteamericana, dentro de una casa japonesa que se transforma en un templo para honrar a los caidos de la bomba, y haciendo rituales a la hora de comer, lo que ya esa niñez considera tan inusual en esa generación.


La Insignificancia Del Poder Del Dinero Y Honrar El Pasado


La cultura nipona siempre se centra en la tradición de honrar a la familia y siendo un ritual religioso y una creencia que marca generaciones, asi como el no tolerar los errores, dejando el nombre de la familia en vergüenza, desde los señores feudales. Aquí ya viviendo en la era contemporánea, esas tradiciones se van dejando de lado, olvidando lo que los abuelos, sobrevivientes del ataque siguen lidiando hasta el fin de sus días, pero a los hijos ya le pierden el interés a las historias, andando entre lujos, dinero, poder y trabajo, aislando las conversaciones que la anciana entabla con ellos, y ella se refugia con sus nietos, quienes son curiosos por conocer lo que sucedió realmente en su ciudad natal, recorriendo los lugares que anteriormente fueron devastados, y sintiendo esa nostalgia prematura por imaginarse vivir en carne propia los horrores de una guerra que aun sigue por décadas.



Los ancianos son la sociedad mas abierta que los jóvenes y los adultos, inculcando unas historias ficticias que inculcan la tradición familiar, contando historias que hablan de dos arboles que se suicidaron por un rayo, asustando gente con la presencia de un duende que merodea por la laguna, y el hermano que nunca vio que se soñaba con ojos que percibían todo alrededor, y esos ojos se dibujaban en las paredes. Kurosawa, a diferencia de Gabo, habla sobre ese pacifismo que nunca se vivió en un pueblo como Macondo, el realismo mágico de Garcia Marquez, lo arrasa con otra guerra cruel que es mas devastadora que un bomba atómica, y destruyendo vidas por completo, además del poder de una alquimia incomprendida, además de las invasiones de los británicos y los norteamericanos, como una analogía de la Masacre De Las Bananeras, y ambas guerras, la primera según Kurosawa y la segunda según Gabo, son contadas en diferentes perspectivas. Esa idea de resurgir lo destruido se manifestó en un órgano que uno de los niños con optimismo consigue reparar, dando esperanza para que las cosas vuelvan a ser como antes.




Una Conversacion Entre Akira Kurosawa Y Gabriel Garcia Marquez

El escritor de Cien Años De Soledad se sienta a hablar con el director de ‘Sueños’, intercambiando palabras sobre la ideología que se tiene en mente para narrar los hechos sobre la segunda bomba en japon, la abatida prefectura de Nagasaki, el caso de Rapsodia En Agosto (‘Rhapsody In August’), ganadose los créditos en el Festival de Cannes, pero en Estados Unidos no fue bien recibida por considerarse ofensiva para ellos, aunque Kurosawa solo quería transmitir un mensaje de fraternidad entre los dos países, mediante una reunión familiar. Adicionalmente, se quería agregar una escena con un tifón, que según los meteorólogos iba a llegar al país en tres días, el ingrediente que se le complementa para agregar una escena deseada, pero nunca se llegó a dar, lo que se recurrio a los efectos especiales, un set de ventiladores especiales para simular la tormenta.

 'Richard Gere y Martin Scorsese participaron en dos de sus peliculas, el primero estuvo en Rhapsody in August, y el segundo en Dreams'



Garcia Márquez se interesó en cómo el director creaba sus películas, escribía sus guiones, admirando sus poderosas adaptaciones literarias, entre ellas ‘Rashomon’, lo que se le genera cuirosidad, Kurosawa se dirige a un hotel, toma papel y lápiz para planear el argumento, teniendo idea de qué se tratar y de paso pasa la conclusión, empezando con ideas naturales, sin tener una escena en común para iniciar el proyecto, se inclina por ideas dispersas. La idea no es autoalabarse ni ser Dios para idear un buen argumento, sólo que se dan a una visión global del guion, para esquematizar la trama que se va organizando por partes o escenas, y acto seguido se contruye el argumento. Por otro lado, regresando a la temática de ‘Rapsodia en Agosto’, no se trata el tema de la muerte como tal sino que quiere narrar la experiencia de una anciana de Nagasaki, sobreviviente de la bomba atómica, con rastros de la radiación, la calvicie evidenciada desde el comienzo, y el fin de Kurosawa es transmitir en la pelicula como esas heridas del pasado se van cicatrizando, y sintiéndose triste e indignado con esto que toca nuestra realidad, algo que ese pasado se enterro y su país decidió archivarlo.

En conclusión, los recuerdos de Kurosawa en la cinematografia japonesa es ese espacio para los gustosos a este tipo de películas clásica que sienten curiosidad sobre una cultura, que no es tan popular para algunas personas, pero para los que les gusta investigar al respecto, existe esa mina de oro con historias que pueden hacernos dormir, sólo que hay que tener suficiente actitud y batería para comprenderlas y no perder tantos detalles que solemos omitir cuando vemos una pelicula o leer un libro, y las regresiones persisten, asistiendo a talleres literarios y ver películas con gente que le interesa comentar al respecto y haciendo una actividad colectiva, se llega rápido al punto.

Hasta el próximo domingo.

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