Chris Evans termina su ciclo en el UCM con Avengers ‘Endgame’, y este año nos comparte ocho capítulos de una serie para Apple TV como ‘Defending Jacob’, haciendo el rol de un fiscal con experiencia que asume uno de los casos más difíciles de su carrera. Chris Evans es otro actor del UCM que participa en series streaming, debutando como productor ejecutivo, al igual que su colega Elizabeth Olsen (Sorry For Your Loss, 2018). En este thriller judicial, Evans repite carta en roles de abogados entregados a su trabajo, recordado una película como ‘Adicto’ (Puncture, 2011), y aquí ya no es ese funcionario público que sufre el suplicio de su adicción a las drogas, sino que aquí es padre de familia, defendiendo a capa y espada el nombre de su familia ante una disputa legal.
La trama se basa en el diario vivir profesional de Andy Barber (Evans), un fiscal que investiga con detalles el asesinato de un adolescente, lo que causa esa incertidumbre en los vecinos, lo que inspiró a William Linday para crear una novela con el mismo nombre. La vida de Andy Barber se ve truncada cuando a su hijo, Jacob, se le crea sospechoso de tal asesinato. Entonces ahí vemos el efecto de estar entre la espada y la pared, es decir entre lo profesional y lo personal, ahí empezaría a cuestionar el efecto del sistema, y desde ahí lo planea es defender a su hijo a toda costa, creyendo que es imposible que el cometa un asesinato, solo que las pruebas que van llegando lo van involucrando, llegando a tal dilema moral (dos líneas de tiempo simultaneas que ilustran la confrontación entre los personajes).
Esto No Es Un Cuento De Familias Felices
La historia se adentra en un ambiente pacifico en el vecindario donde viven los Barber, la relación abierta entre los habitantes define el lugar de ensueño para la gente, sólo que con que alguien sea asesinado interrumpa esa paz, entrando ese tono dramático por llegar a saber quién sería el autor intelectual y material del crimen. La relación entre padre e hijo es ese centro de atracción en la audiencia, observando la ausencia del conflicto familiar. O incluso la relación conyugal que logran ese entendido mutuo entre lo profesional y lo familiar, ya que uno trabaja en asuntos legales y la otra se dedica a labores benéficas. Con solo ver que ya el hijo es sospechoso de tal asesinato, los padres no tienen que echarse para atrás por permitir que esto ocurra.
Las redes sociales, así como la manipulación de los medios crean ese bombazo para difamar a una familia, empezar a vivir ese infierno día a día, y ese dolor de ver a su hijo esposado, además de verse expuesto al qué dirán de la opinión pública y los medios. Los medios y las redes sociales tienen ese poder intoxicante para hacer efectivo el lema de ‘el justo termina pagando por los pecadores’, viendo algún error que cometan, entonces lo hagan una prueba contundente para hundir al hijo de los Barber, y desde ahí todo el mundo les vaya sacando el cuerpo, una reacción inmediata sin darles la oportunidad de defenderse ni dejarles explicar que sucede realmente.
Manos A La Obra
Se inicia un ambiente tenso en la vida de los Barber ante lo legal. Empezando por empezar a crear una lista de sospechosos en los que Andy iría descartando, y llegando una posibilidad que el mismo Andy gana su atención. Las pruebas que se van colectando empezará la investigación para llegar al verdadero partícipe del homicidio, y aquí Barber deje de lado su labor de fiscal para defender a su hijo de las injustas acusaciones.
La actitud de Jacob presenta indiferencia, intolerancia y agresividad, lo que lo aleja de su presumible inocencia, y mostrándole a todo el mundo una navaja al poco tiempo antes que el adolescente fuese ejecutado. Esa extraña forma de ser pueda ser muy narcisista, un lobo vestido en piel de oveja, actuando de esa manera amable para poder manipular a los suyos, y si uno es perspicaz e intuitivo las pruebas que se consigan, su culpabilidad se hace evidente.
Apenas se inicia la serie, y no sería buena idea terminar la serie de inmediato, aún se mantiene ese misterio sobre el que realmente cometió el asesinato. Se ve el comienzo del rol de dos padres que sufren al defender a su hijo de injustos señalamientos, la demora de la policía por iniciar su correspondiente investigación, es una especie de juego de policías y ladrones, y de acuerdo con las sospechas de algunos, Jacob sea el verdadero homicida, el reloj corre.
La vida continua luego de haberse apuñalado a la víctima, sus allegados sufren su ausencia. Y como la tecnología sigue evolucionando, las redes sociales actúan como si fueran cámaras de seguridad, supervisando toda actividad que vamos realizando segundo a segundo, lo que hace la vida de un individuo como Jacob sea esa especie de revista viviente, haciendo causar reacciones inmediatas de la gente, una vida que desaparece paulatinamente, describiendo un pecado como algo que carcome la conciencia.
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