Sintiéndonos nostálgicos por seguir viendo clásicos de colección, y enfocados en el cine bélico, en referencias como Rambo, Pearl Harbor, The Schindler’s List, Missing In Action, Saving Private Ryan, Platoon, entre otras películas conocidas. Nos vimos una cinta como ‘The Beast’ (también conocida como ‘The Beast Of War’, 1988), dándonos un triste paseo por los parajes desérticos de una desolada Afganistán, agobiada por la invasión de las armadas soviéticas, imponiendo el comunismo a base de ‘la letra con sangre entra’, viendo como sus habitantes, practicantes del islam, no tienen esos recursos para defenderse ante una amenaza potencialmente blindada y armada.
Los afganos fueron testigos de una cruenta masacre de militares soviéticos por casi una década, desde los inicios de los 80, mientras que en los E.E.U.U. se iban contagiando con la fiebre de Michael Jackson y Madonna, la todavía modernización urbana, mientras que los mismos afganos padeciendo los efectos de la guerra y el atraso. En efecto, esta película es como esa protesta sobre el maltrato y matanza de los afganos a causa de las acciones de los militares rusos, luego de ser partícipes de la Segunda Guerra Mundial, y la Guerra Fría.
Es muy raro que un director como Kevin Reynolds (Underwater), pase este tipo de historias al escalafón de Hollywood, pues es un tema muy delicado y demasiado pesado para gente sensible, y hablando del fin de la guerra, esto se hizo inspirador para directores y crear películas referentes. ‘La Bestia De La Guerra’ muestra un contenido muy serio, enfocado en la invasión rusa, y un grupo de rebeldes y aldeanos afganos, conocidos como Muyahidines, quienes le siguen el rastro a un tanque soviético, modelo T-54, terminó descarriado de su grupo, a merced de un desolado desierto afgano, arrasando con todo a su paso, lo que repudia a los mismos nativos afganos, además de causar confrontaciones entre el comandante del tanque y su tripulación.
Desde Matar Un Rebaño De Ovejas Hasta Pasarle El Tanque Por Encima A Alguien
Se planea denunciar la crueldad de los rusos ante los habitantes de Afganistán, los rusos cuentan con poderosos arsenales de combate como lanzacohetes RPG, lanzallamas, ametralladoras AK-47, pero el peor terror para los aldeanos indefensos, es la presencia de los tanques T-54, destacándose el del numeral ‘351’, que recibió algunos daños al comenzar la batalla contra los aldeanos, afectándole su sistema de comunicaciones. Vemos un pacífico pueblo afgano, cuya armonía es interrumpida por la incursión de sanguinarios militares rusos que no muestran piedad alguna.
El comandante del tanque T-54, número 351, Daskal (George Dzundza; Dangerous Minds, Species II), demuestra un carácter déspota para ejercer la autoridad ante sus tripulantes, empezando por forzar a su conductor para pasarle el vehículo pesado encima a un aldeano dejándolo totalmente aplastado y ahí pudriéndose bajo la luz del sol radiante, el mismo conductor del tanque, Konstantin Koverchenko (Jason Patric; Sleepers, Speed 2, The Lost Boys), un soldado disciplinado, se siente asqueado y remordido por obedecer una orden retorcida, y desde ahí cuestiona la autoridad de su superior, y los demás tripulantes, entre ellos un soldado simpatizante afgano (Erick Avari; Daredevil), y este último tambien siente dolor por ver sufrir a su pueblo, son impotentes ante el carácter brutal y enfermizo del mismo individuo.
Daskal, El Hombre Que Se Identifica Con Los Tanques. El Tanque #351 Es Su Refugio
Hablando de la crueldad por parte de los mismos soviéticos, destacamos al comandante del tanque número 351, Daskal (Dzundza), un sujeto con un carácter rayano, déspota, arbitrario y a la vez psicópata ante sus partidarios y enemigos. Es natural que hay enemigos en una guerra, hasta que se conserva la ética dentro del mismo conflicto armado, y aquí este individuo ve a todo el mundo como animales para ser sacrificados. Empezando por forzar al conductor de su tanque para aplastar a ese aldeano, la escena más escabrosa de la película, pese que los demás nativos suplicaban por su libertad, y el mismo conductor estaba dudoso por acatar tal orden.
Desde este doloroso momento, la terquedad y arbitrariedad de este comandante, hace que el tanque y sus tripulantes se pierda en el desierto desolado afgano, ignorando que el mismo ‘monstruo metálico’ que respira humo cada rato, también sufre daños. Es demasiado desbordada su crueldad que también ve al conductor de su tanque, el soldado raso Konstantin Koverchenko (Patric) y sus artilleros, soldados también rasos como Anton Golikov (Stephen Baldwin) y Kaminski (Don Harvey), y el cargador, el soldado afgano y partidario comunista, Samad (Avari) como el resto de esa chusma. Y esta tripulación más se horroriza que en una noche en pleno desierto, el tanque detecta enemigos y el mismo comandante, obsesionado con seguir matando afganos, da la orden de disparar todo lo que alcance a cierta distancia a la redonda, Samad tendría ganas de vomitarle a la cara su superior para decirle que sus dichosos enemigos muertos no era más que un rebaño de ciervos, masacrados y calcinados, y más adelante Daskal ejecute a Samad, por ser supuestamente un traidor, aparte de no tolerar sus creencias islámicas.
Daskal es un hombre sin filosofía, ni ideales, es alguien que paso gran parte de su vida personal en el ámbito militar, confesando este inicio fructuoso desde los ocho años de edad, encerrado en los tanques, aprendiendo a lanzar cocteles molotov por debajo de los vehículos enemigos, incluso diezmar la tripulación de tanques al abrirles la torreta para tirarles una granada adentro, y esas experiencias las vivió en plena Segunda Guerra Mundial, cuando Rusia estaba enfrentándose a Alemania, entonces considera los tanques como ese único refugio y hogar, la guerra su principio, ganándose el apodo de ‘Tank Boy’ (El Chico Del Tanque). La familia de Daskal dio su vida por la Madre Rusia, lo que nunca fue reconocido por sus compatriotas, por tal motivo, Daskal se obsesiona con la guerra, viendo a todo enemigo como si fuera un nazi, permaneciendo en el ejército, aprendiendo la psicología militar y ahí juega con la mente de sus inferiores, el ejemplar de un ser amoral y tener un corazón de piedra, con lo que hace que sus artilleros agarren a Koverchenko para amarrarlo a una piedra con una granada en la nuca, dejándolo a su suerte.
El Enemigo De Mi Enemigo, Es Mi Amigo. Koverchenko - Taj
Antes de ser ejecutado por Daskal, Samad le había enseñado a Koverchenko, la filosofía de los soldados Muyahidines afganos, su código de honor, basado en tres principios, el primero se llama ‘Milmastia’, el soldado le concede hospitalidad, el segundo es el término ‘Badal’, habla sobre la venganza, el hombre ejecuta a su enemigo de un tiro en la cabeza, y la mujer procede por lapidación; y el tercero ‘Nanawatai’, consiste en que el enemigo tenga misericordia y le conceda refugio y alimento, aun si el que lo pida mate a uno de los suyos. En efecto, el aldeano aplastado por Koverchenko, era hermano del ahora líder Khan de la rebelión, Taj (Steven Bauer, Scarface, Running Scared), también asqueado por las acciones de los rusos, aparte de ver muerto a su pueblo, más se decepciona con ver los ciervos calcinados en ese círculo de fuego causado por el tanque.
Koverchenko, aun atrapado en la roca, empieza ser lapidado por las mujeres sobrevivientes a la masacre en tal aldea, aun suplicando ‘Nanawatai’, hasta que el mismo Taj, como ahora líder de la rebelión, es un hombre que hace respetar esa ley musulmana. Pese a no saber afgano, defendiéndose con esa palabra, el mismo Taj lo apadrina en su comunidad, y Koverchenko pondría en práctica el ‘Badal’ hasta cierto límite contra Daskal, desde ahí ya es aceptado por los afganos. Y hablando de la poca comunicación entre dos idiomas distintos, logran hacerse entender, recordando un videojuego como Tekken, donde los luchadores son de diferentes partes del mundo, se hacen entender hablando por sus idiomas nativos, por ejemplo, dos personajes como Shaheen (árabe) y Dragunov, un soldado ruso que no pronuncia una palabra. El personaje de Patric demuestra cierta admiración por la comunidad afgana, viendo en ellos ese ejemplo del buen soldado que añoraba ser, el patriotismo acompañado por la fe en su dios Alá, considerando esta fe como su arma principal. Aun asqueado por los actos de su superior, hay esa cooperación para hacer frente a la verdadera bestia de la guerra, Daskal.
'Para ser lider, se cuenta con la ayuda y consejos de un orientador'
Como el nuevo Khan de la comunidad, el personaje de Steven Bauer, es un hombre estratega en el campo de batalla que piensa con cabeza fría y aun guiado con su fe en Alá y los consejos de su tío, él ve que el salvajismo de la comunidad no los llevaría a ninguna parte, aunque las mujeres lo conservan aun con la obsesión de ‘descalabrar’ totalmente a los rusos que mataron a sus compatriotas. Taj y Koverchenko, y el resto de la comunidad van por el mismo objetivo, estudiando las debilidades de su enemigo, aprovechando el entorno para llevar a cabo su plan.
Las Mujeres Y Las Piedras Cobran La Venganza, Un Ideal Cuestionado
Hemos tocado este tema cuando hablamos de la historia de The Last Of Us 2, la venganza, el desenlace de la película despierta mucha la tensión entre los rusos y los afganos apoyados por Koverchenko. El tanque despide esa humareda por ese tubo de escape en su guardabarros, ese humo simboliza la esclavitud del tanque bajo el mismo Daskal, como ese entrenador que fuerza a un deportista que siga haciendo ejercicios aun agotado, aun así, el tanque T-54, no es más que ese juguete personal para Daskal, ese mismo con el que ese niño en el cuerpo de un hombre maduro, exprime al máximo hasta quedar totalmente dañado.
'La mujer afgana es otro ser que sabe hacerse respetar'
Luego de esa emboscada, Koverchenko intercede por Daskal y sus camaradas, Taj respeta su decisión, deja ir a los tres, no sin antes que Koverchenko, con toda su franqueza le diga a Daskal que todo esto es una guerra podrida y vea a todos sus enemigos, inclusive le recalca que esto le sirva de escarmiento para que viva el resto de sus días para ver que los afganos son los verdaderos triunfantes de la guerra. Finalmente, Daskal, sin recursos, abandonado por sus manipulados tripulantes, termina lapidado por las mujeres, quienes consiguieron su cometido de vengar al hombre aplastado, un crimen de guerra que estuvo a punto de quedar impune, lo que Taj vio en ellas como una violación al código Pashtunwali, y esto es visto como un acto de los infieles, una venganza personal, lo que se ve para romper las reglas, hay excepciones. Koverchenko demostró ser ese buen soldado apoyando a los afganos, una comunidad que respeta la vida y la ética de los demás y no se meten con nadie, además de respetar su modo de pensar y ver las cosas a su alrededor, aunque esa filosofía islámica no va con él, sólo es alguien que busca la paz y el orden luchando de manera justa.
En ciertos aspectos, si hacemos referencia con The Last Of Us, Koverchenko haría algo similar al rol de Abby y los niños Lev y Yara como los afganos, los Lobos y Los Scars serían los rusos, y Ellie es Daskal. Estos tres individuos, dentro de las líneas enemigas, testigos y asqueados de ver como la humanidad se va desmoronando con un sinfín de actos de violencia injustificables y reprochables. El ideal del buen soldado es ayudar a su patria y tratar de conseguir paz en guerras justas que sí, siempre hay bajas equilibradas entre ambas facciones, y especialmente respetando la vida de los civiles. Entonces, Kevin Reynolds plantea algo realista en una película de actores gringos que personifican a militares rusos, algo extraño, pero sí una historia que tiene esa ambigüedad argumental, en la que se ve una batalla de todos contra todos, intercambio de disparos, muertos a granel, una lección de historia sobre la Unión Soviética en su periodo de auge político para ver a una Rusia que se independiza de la ideología de un gobierno antes de la llegada de Mikjail Gorbachov.
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