domingo, 11 de mayo de 2014

La Huella Que Me Llevo Del Festival Eurocine De Bogotá



A pesar de mi carga laboral, me he enterado de la realización de un festival de cine independiente y europeo aquí en la placentera capital de Bogotá, y lo único que logre conseguir es ver esta producción de origen noruego llamada “Appelsinpiken” que en español se conoce como “La Chica De Las Naranjas”, bajo la dirección de Eva Dahr, que también cuenta con el apoyo de Alemania y España, y uno puede ver que el cine independiente también motiva a captar el mensaje de sus películas, además de ver cómo toma fuerza a diferencia de las películas comerciales.

 
La película muestra una diferencia a los dramas comerciales, además de verse como un cuento de hadas contemporáneo, como la historia de dos príncipes locamente enamorados que dan el resultado de la pérdida de un miembro de la familia que deja un hijo desmesuradamente rebelde, y en esa historia el padre cuenta cómo terminó seducido por la chica misteriosa que siempre lucía el traje rojo merodeando por todo Oslo con el mismo paquete familiar de naranjas y luego el seducido termina haciendo el recorrido hasta Sevilla donde terminan locamente enamorados, en medio de la ‘farra’ al estilo flamenco, hasta tener sexo en pleno parque central, y uno diría que sería tacaño por parte del hombre el no pagar motel, escasamente.


En cuanto a este drama remarca el aspecto psicológico de un hijo depresivo que no aceptó la perdida de su padre, aunque su moral se recuperba con la loca historia de amor que hasta los mismos padres y abuelos nos contaban en su pasado, algo que la misma Eva Dahr remarcaba en esta película que no fue tan larga que digamos. En este orden de ideas, el cine europeo es algo que consigue reciclar estos conceptos que la gente no valora en el cine de verdad, como si uno hablara de las películas de Woody Allen que consideran aburridas en exceso, aunque Scarlett Johansson ni Hugh Jackman estén presentes, y sinceramente eventos como SITGES y Sevilla, entre otros reclutan a verdaderos aficionados a este tipo de películas desde jóvenes a viejos.


Si recordamos algo de historia, después de la Segunda Guerra Mundial, el Tio Sam bombardea a Hiroshima y consigue que Hitler se vuele la cabeza, la contienda deja escenarios devastadores, y los cineastas que vivian en dichas zonas convierten esos escenarios en secuencias para mostrar esa cruda realidad que vivieron, si eso se llamó cine independiente, era por la idea ve cómo demotrar ese humor humor negro que impuso el régimen fascista, la escasez de estudios y energía eléctrica. El Neorrealismo Italiano convierte esos puntos en un cine de contextos sencillos, humanos y especialmente cotidianos. Incluso Francia desde los cincuenta impuso el movimiento Nouvelle Vague, como la nueva era, que de ahí se inauguraría el deseado Festival de Cannes, donde películas como “400 Golpes” de François Truffaut e “Hiroshina  Monamour” de Alain Resnais. Se convierte en ese cine fresco que rompe todo el hielo, diciendo lo de bajo presupuesto se puede vender, y el neorrealismo hace que el mismo autor de la obra se convierta en el director, quien a inicios de los 60, Jean-Luc Goddard, escritor y director de “Al Final De La Escapada” se convierta en la fuente de primeros pinitos para innovar este tipo de cine.


En Inglaterra, se funda el nuevo cine británico “Free Cinema”, se muestra la liberación de la rutina y la sociedad inglesa hipócrita, que ahí muestran una visión real de la sociedad, cuando el hombre es victima del sistema de la era industrial: el caso de la soledad, o como la gente joven llama “Forever Alone”. Directores como Lindsay Anderson, Karel Reisz y Tony Richardson se convierten en el esencial de este ambiente cinematográfico. Por lo visto, los alemanes también se contagian con este estilo entre las décadas de los 60 – 70, y directores como Alexander Klüge, Volker Scholsnkloff, Rainer W. Fassbinder y el admirado Werner Herzog crean sus propias películas; en Suiza vemos iconos como Alain Tanner que se convierte en el ponente del movimiento. Y España arrasa con diversas producciones como “La Caza” (1965) de Carlos Saura, ‘La Tía Tula’ (1964) de Miguel Picazo, ‘El Cochecito’ (1960) de Miguel Ferreri, entre otros, y los contemporáneos tenemos a Alex De La Iglesia, Pedro Almodovar, Manuel Gómez Pereira, Julio Medem y Mariano Barroso, etc.


Es más, hay mucho archivo relacionado al cine independiente europeo, muchas sorpresas llegarán mas adelante, y gracias a varios interesados en exhibir este gran festival aquí en Bogotá, muchas personas lograron disfrutar muchas de las producciones hasta este fin de semana, un ambiente ideal para pasar entre amigos, y el punto es que este tipo de cine se ha convertido en el furor de estos últimos años que siempre han hecho perdurar sus películas en el corazón de millones de cineastas.

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