lunes, 20 de julio de 2020

Reflexión Sobre The Old Guard


Greg Rucka y Leandro Fernandez, trabajando para Image Comics, dieron vida a una elite de héroes longevos, llamándose La Vieja Guardia (The Old) y Gina Prince Bythewood logra adaptar este exitoso comic a un live action auspiciado por Netflix y recientemente estrenado, y para evitar un fenómeno de ‘copie y pegue’, se planea una estrategia argumental para darle ese toque mágico natural, como es usual una adaptación de novela es y será simplemente un resumen que omite detalles, y se llega a una película mala, y aquí se trata de rescatar un trabajo que se desarrolla minuciosamente, y especialmente contando con la participación con una actriz con gran potencial como Charlize Theron.


Como es típico, cosas hacen falta después de exponer el resultado final, así que Gina Prince hace un trabajo totalmente distinto a lo visto en los universos de DC y Marvel, un guion que tienda a ser smilar al comic original, y escenas que prometen y cumplen dosis de acción. Veamos algunos puntos que tendieron a descarrilar parte de la trama principal.

Miremos Por ‘Encimita’ Que Nadie Se Da Cuenta

Con base al primer volumen de la serie de Opening Fire, la historia se torna a las aventuras de cuatro guerreros longevos (inmortales), y con base al guion de Greg Rucka, se inicia con las proezas de una guerrera milenaria como Andromache The Scythian, o más bien Andy (Charlize Theron), se encarga de comandar a sus camaradas en diferentes misiones para ayudar al mundo respetando la vida de los mortales, pero solo se llega a matar si todos son malos. Conociendo a los mercenarios, desde los finales del medioevo, las cruzadas y la guerra contra Napoleón, y estos tienen una visión que los conecta a Nile Freeman una marine de EEUU, que sobrevive milagrosamente tras ser degollada, llegando a ser el quinto miembro tras su rescate, y pese a su manera de salvarse es algo que ni ella comprende.


Se planea de manera cuidadosa y detalladamente una transición entre la historia original y lo que se agrega para omitir detalles relevantes del comic, llegando a ser como una especie de reboot, unos viajes por el tiempo que no tienen ninguna explicación, solo que este filme con un buen elenco, excelentes coreografías de acción, diálogos llenos de humor y contando la narrativa bien estructurada, definiéndose como un relato engañosamente completo. Si eres un guerrero inmortal, pues procura andar en el anonimato para no revelar tu gran secreto y hay la oportunidad de hallar a ese nuevo miembro, despertando esa curiosidad sobre lo que una mente ordinaria no logra comprender, y esa persecución rompe ese anonimato, lo que ahí rompe el lineamiento de la historieta.

No se planearía lo que se vio en el remake del Rey León de Jon Favreau, sino que según el mismo Rucka, es recrear la narrativa para darle una nueva impresión en la pantalla chica, y entonces el incluir a Nile es para ilustrarnos sobre esa inmortalidad obtenida, sólo que ahí eso quedó flotando, no se supo manejar ese detalle pertinentemente.


Dándole la oportunidad a los personajes contar bien su historia, sus flashbacks del pasado, unos momentos cortos que sienten esa especie de nostalgia, ahí uno siente que la idea se encarrila, pero ese regreso brusco a la realidad afecta el relato, y esos fragmentos cortados son información perdida, perdiendo parte de su eficiencia, solo que se quiere evitar es la dependencia de su protagonista o de algún otro personaje clave, lo duro es decir que hay momentos que generan distracción y confusión, en cuanto a la interrupción a los diálogos con los dosis de acción, dejando a flote la idea principal de la película.

Tengo La Vida Eterna Y No Me He Enterado

Sigue siendo un contraste con el comic como tal, pues no se sacó tiempo para poder conseguir la explicación sobre obtener el esencial de la inmortalidad, un detalle sumamente importante en el desarrollo de la historia. Así como en el live action de DC y Marvel, dos personajes como Nile y el misterioso agente de la CIA, Copley, se contaron con dos actores afroamericanos, KiKi Layne y Chiwetel Ejiofor, un hombre que ambiciona con saber el origen de tal Orden y hacer de su longevidad su fuente de ingresos. Es una ironía decir que esta historia también trata de hacer referencia a las mentes que les gusta jugar a ser Dios, el lado de la cultura de la sociedad, y ver en sus personajes que la longevidad les da a sentir el deseo de culminar su vida con todas las de la ley, y aun el origen de tal longevidad deja al espectador con esa curiosidad, o incluso pudieron explicarlo sin darnos cuenta, pues el comic es el encargado de darnos ese detalle que necesitamos.


El personaje de Harry Melling, el nuevo modelo del Dr. Evil, le faltaría su inseparable ‘Mini-Me’, hablamos de un individuo como Steven Merrick, que cuenta con una fortuna y recursos para invertir en cuanto al ser artificialmente omnipotente, con su empresa maligna planea crear el esencial de la inmortalidad y su legión de supersoldados. Entoces, Rucka ideaba esa lucha entre el bien y el mal, una guerra sin cuartel, salvo que aquí, en la película, Merrick es el individuo que ocasiona tal alboroto por obtener la inmortalidad acompañada con la juventud y la belleza.

Un Tiro Libre Mal Cobrado… Pero Se Hizo Gol

Siempre se quiso ver algo muy diferente a lo usual del UCM, ver mucha acción, efectos especiales y visuales, y viéndose que la temática relacionada con el tráfico de personas y la esclavitud, eran el plato fuerte de este relato, pero en algo se habría fallado para aislar este eje temático original. Sin embargo, se puede observar un final abierto con escena post-créditos, lo que se da entender que se planea una franquicia, lo que puede conseguir más información que se relacione a los origines de la inmortalidad, y el caso de explotadores de personas o esclavistas, lo que se rescata del segundo volumen del comic original, y lo que se evidencia en estas adaptaciones son esas inusuales instancias para romper las líneas de tiempo.

'Demasiados hechiceros... perdón... inmortales...'

Con referencia a Opening Fire, se explica en la historia de Andy, regresando dos siglos para hablar sobre su amor con Aquiles, un esclavo que la dejó flechada y Andy testigo de su envejecimiento, y con esto Rucka hace ese análisis psicológico en la protagonista de su historia, algo similar a lo que se plantea en DC Comics, en relación a la violencia vivida en el pasado, el efecto del tiempo en la personalidad que lidia con esa pérdida, el perjuicio de nuestra vida diaria, lo que con el tiempo desaparece con lo que se lleva el viento.


Es cierto, cuando se inicia una historia, el objetivo es ver a qué va la temática propuesta, y esa es la pregunta que podríamos responder luego que se acabe la misma. Luchadores jóvenes con tan elevada edad es el interrogante aquí, lo que se explicó de manera recortada y dejar al espectador aun sin entender, o como en varios relatos le dedican parte del comienzo para explicar cómo empieza todo, lo que aquí el mismo creador, Rucka, ignoró y quita credibilidad a algo que siempre nos pone a la tarea de leer, y con ver que vamos para una futura segunda entrega.

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